Una simple casualidad

Me siento en el bordillo de la ventana mirando la calle llena de gente, gente con prisas, gente que camina lento y sin presiones, gente hablando, gente riendo...Veo sus vidas pasar, como llevan su rutina de cada día, mientras yo, veo mi vida pasar por delante de mis ojos. Justo en el edificio de enfrente está él, caminando de un lado para otro buscando todo lo necesario para irse a trabajar, nunca ha sabido que existo, nunca se ha detenido a saludarme porque sencillamente, nunca se ha fijado en mi. Ya ha salido por la puerta y ya está, ese ha sido el mejor momento del día.
Salgo a la calle esperando que sea un buen día, con el presentimiento de que pasará algo bueno, quien sabe, quizás solo sea un absurdo presentimiento.
Camino mirando al suelo con mi movil y los libros en la mano cuando derrepente, ¡Pum!, algún idiota no miraria por donde iba y se habrá chocado conmigo haciendo que se me caiga todo. Levanto la mirada dispuesta para decirle a ese gilipollas que mire por donde va, pero para mi sorpresa mi mirada se encuentra con algo inesperado, es él, el idiota es él. Nos miramos a los ojos y el corazón se me sale del pecho.
- Lo siento muchisimo, no era mi intención. ¿Cómo te llamas?
- No...pasa...nada. Me llamo Claudia.
- Un nombre precioso. Yo Carlos, ¿puedo invitarte a algo para compensartelo?
- Si es para compensarmelo, por supuesto.
Rectifico, este ha sido el mejor momento del día o mejor, de mi vida.